Agresividad y violencia en preescolares

 La agresión es una herida o un daño hecho de manera intencional y por lo regular los niños pequeños pueden ser violentos, pero no agresivos, pues cuando lastiman a otros lo hacen sin querer la mayor parte del tiempo.

Durante sus primeros años preescolares su agresión va enfocada a una meta, como el obtener algún juguete que tenga un compañero. Cuando la agresividad es extrema y sostenida, ahí se vuelve preocupante. 

Conforme pasan los años, la personalidad y el desarrollo social ayudan a que los niños sean menos agresivos al aprender a controlar sus emociones y desarrollan autorregulación emocional. Al comenzar a desarrollar el habla, esto también ayuda a disminuir la agresión pues, pueden expresar cómo se sienten. Normalmente los niños preescolares agresivos, tienden a ser agresivos más adelante.

Agresión instrumental: se motiva por el deseo de lograr una meta concreta. Esta es más usada por niños que niñas.

Agresión relacional: no es física, sino que su objetivo es lastimar los sentimientos del otro, esto se hace poniendo apodos o negando la amistad, por ejemplo y es más común entre las niñas que en los niños.

 

 

Raíces de la agresividad:

De acuerdo con varios teóricos, la agresividad es algo natural que forma parte de nuestros instintos, e incluso nos permite sobrevivir y prosperar como especie, siendo la supervivencia del más fuerte  y se eliminan a los débiles. Siendo que esta nos permite pasar genes a las próximas generaciones.

Sin embargo, según los modelos de aprendizaje social, nos dicen que la agresividad es algo que es aprendido y se deben analizar los sistemas de castigos y recompensas en torno a la conducta de los niños. El modelo de aprendizaje social, habla sobre cómo las condiciones sociales y ambientales les muestran a los niños a ser agresivos; tales ideas provienen de ideas conductistas utilizando el reforzamiento.

También se ha demostrado que cuando los niños preescolares presencian agresividad tienen a replicarla, lo cual fue expuesto con un experimento de Albert Bandura. Mostrando a un grupo de niños conductas agresivas con un muñeco y a otro grupo conductas no agresivas, al finalizar la película los niños que habían presenciado el juego agresivo tendían a replicar estas conductas, en especial luego de sentir frustración. Siendo que presenciar violencia puede hacer más propenso a que los observadores desarrollen este tipo de comportamientos.

Además de esto, se han hecho estudios sobre si la televisión y los videojuegos pueden ser factores que contribuyen a la agresión y sí se ha encontrado que ver actos violentos en medios audiovisuales puede hacer que los niños sean más propensos a la violencia. Una forma de disminuir esto puede ser enseñarles a ver esta violencia de manera crítica o hacerles entender que no es el mundo real. Otra variable importante en la agresividad es la mala interpretación de situaciones, cuando por ejemplo creemos que alguien se comporta de manera hostil y en verdad no es así. Por esto es importante enseñarles a interpretar de mejor manera las situaciones a las que se enfrentan.

 

Referencia:

Papalia, D., Feldman, R. y Martorell, G. (1984/2012). Infancia: formación de los cimientos de la vida. En: Desarrollo humano (pp. 210-211). 12va ed. McGraw-Hill Education.