Emociones en la infancia ¿qué sienten los bebés?

 Emociones en la infancia ¿qué sienten los bebés?

Si has estado cerca de un bebé alguna vez sabrás que expresan sus necesidades con sus gesticulaciones y movimientos, sus cuidadores ya saben cuando tienen hambre, tienen sueño, quieren jugar, están cansados y demás cosas.

Es la infancia temprana la etapa cuando un humano empieza a explorar sus alrededor y aprende de por primera vez hasta donde llega su alcance. El bebé reacciona a todos estos estímulos y los proyecta a través de su cara.  Veremos a continuación que gama de cosas puede expresar un bebé. 


Experimentación de emociones (Papalia, Feldman, y Martorell, 2012)

La capacidad de los bebés para expresar emociones de manera no verbal, consistente y constatable ¿significa que en realidad sienten emociones?

El hecho de que los niños muestren expresiones no verbales de una manera similar a la de los adultos no significa que su experiencia sea idéntica. De hecho, si la naturaleza de tales demostraciones es innata, o congénita, es posible que las expresiones faciales puedan ocurrir sin ser acompañadas por la conciencia de nuestra experiencia emocional.

No obstante, la mayoría de los investigadores del desarrollo no opina lo mismo: argumentan que las expresiones no verbales de los bebés representan verdaderas experiencias emocionales. En efecto, las expresiones emocionales tal vez no sólo reflejen experiencias emocionales, sino que también regulen la propia emoción. El psicólogo del desarrollo Carroll Izard sugiere que los bebés nacen con una variedad de expresiones que reflejan estados emocionales básicos como felicidad o tristeza. A medida que los niños crecen, aumentan y modifican esas expresiones básicas y adquieren más control sobre las expresiones no verbales

En resumen, aparentemente los niños sienten emociones, aunque al nacer sea en una gama bastante restringida. Sin embargo, conforme crecen, los bebés muestran y sienten mayor variedad de emociones, cada vez más complejas.


Ansiedad ante los extraños y por la separación(Papalia, Feldman, y Martorell, 2012)

Para el final del primer año, los niños suelen desarrollar ansiedad ante los extraños y ansiedad por la separación. Reflejan un importante progreso social, avances cognoscitivos y el creciente vínculo afectivo y social entre el niño y quienes velan por él,

La ansiedad ante los extraños es la cautela y el recelo manifestados cuando ven a alguien desconocido. Dicha ansiedad por lo general aparece en la segunda mitad del primer año. A medida que se desarrolla la memoria de los bebés, son capaces de distinguir a las personas que conocen de las que no conocen. Los mismos avances cognoscitivos que les permiten responder de manera positiva ante los individuos con quienes están familiarizados también les hacen darse cuenta de aquellos que son desconocidos.

La ansiedad por la separación es el malestar mostrado por los bebés cuando se aleja la persona que habitualmente lo cuida. La ansiedad por la separación, que también es universal entre culturas, por lo regular comienza alrededor de los siete u ocho meses. Alcanza su punto máximo alrededor de los 14 meses y luego disminuye. La ansiedad por la separación puede atribuirse en gran medida a las mismas razones que la ansiedad ante los extraños. El aumento de las habilidades cognoscitivas de los bebés les permite plantearse preguntas razonables, pero tal vez sean demasiado pequeños para saber “¿Por qué se va mi mamá? o ¿Regresará?”.


Sonreír (Papalia, Feldman, y Martorell, 2012)

Entre las seis y nueve semanas, los bebés empiezan a sonreír de manera fidedigna al ver estímulos que les agradan, incluyendo juguetes, móviles y —para deleite de los padres— personas. 

Las primeras sonrisas suelen ser relativamente indiscriminadas, ya que los bebés sonríen por casi cualquier cosa que encuentren divertida. Sin embargo, conforme crecen se vuelven más selectivos. La sonrisa de un bebé en respuesta a otro individuo, en vez de ante estímulos no humanos, se considera una sonrisa social. Conforme crecen, su sonrisa social se dirige a individuos en particular, no a cualquiera.


Decodificación de las expresiones faciales y vocales de otros (Papalia, Feldman, y Martorell, 2012)


La expresión facial permite la comunicación, adecuación y regulación de las emociones dentro del contexto social (Gordillo et al., 2013). 

Los bebés aprenden pronto a producir y decodificar emociones. Dichas habilidades desempeñan un papel importante para ayudarlos a experimentar sus propias emociones  a usar las emociones de otros para entender el significado de las situaciones sociales ambiguas.

Los bebés al usar sus habilidades imitativas pronto comienzan a interpretar el significado emocional de las expresiones faciales y vocales de otros. Los bebés parecen discriminar expresiones vocales de emoción un poco antes de poder discriminar expresiones faciales.

Actualmente, los científicos conocen mejor la secuencia en la que progresa la habilidad para la decodificación facial no verbal. Durante las primeras seis a ocho semanas, la precisión visual de los bebés es muy limitada. Pero pronto comienzan a discriminar entre diferentes expresiones faciales de emoción.

Cuando llegan a los cuatro meses, los bebés empiezan a entender las emociones que originan las expresiones faciales y vocales de otro.


Para saber más sobre de qué forma los bebés entienden las emociones de otros, consulte el siguiente vídeo:




Referencias

Gordillo, F., Mestas, L., Pérez, M., Lozano, J., López, R., & Arana, J. (2013).  La expresión facial de las emociones: Historia y aplicaciones. Ciencia Cognitiva, 7(1), 19-21. https://www.cienciacognitiva.org/?p=664

Papalia, D., Feldman, R. y Martorell, G. (1984/2012). Infancia: formación de los cimientos de la vida. En: Desarrollo humano (pp. 192-196). 12va ed. McGraw-Hill Education.

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